miércoles, 29 de octubre de 2014

La primera vez

La buena noticia


La noticia que habíamos estado esperando tres años, llegó el 6 de Junio del 2013. Justin venía al país a dar uno de sus conciertos. Necesitaba ir a ese concierto o sentía que iba a morir.

Necesitaba mucho dinero, así que mi mejor amiga Susan, y yo, ambas de 17 años, empezamos a vender chocolates cada una en su Universidad, teníamos que ir juntas a ese concierto. Recuerdo que cada día me apuntaba en la muñeca cuanto faltaba para el 29 de Octubre del 2013, el gran día.

La incertidumbre


Solo un mes para conseguir el dinero, que por cierto no sabíamos cuánto era porque los precios no salían. Aún faltaba todo, necesitaba viajar a Bogotá, necesitaba dónde hospedarme, cómo transportarme en esa ciudad, nunca la había visitado, esta sería la primera vez.

La primera fecha de ventas fue el 5 de Julio, ese día también salieron los precios, nos tocaba esperar hasta la segunda fecha: sábado 12 de julio del 2013. Y yo aún no tenía el dinero, necesitaba trecientos ochenta y cinco mil pesos, para estar en Occidental Preferencial Baja, una localidad más o menos decente. Mi padre me decía: “Olvídate de ese concierto, no vas a ir”. Lloraba casi todas las noches con tan solo pensar en que existía la posibilidad de que el día del concierto yo estaría acostada en mi cama llorando como si no hubiera mañana. Faltaban solo días para la venta, Susan estaba segura de que iba a estar en el concierto y yo no. Pero gracias a Dios, al día siguiente mis padres tenían el dinero.


Venta y compra de las entradas


No hay puntos Tu Boleta aquí, tuvimos que viajar a Barranquilla. Llegamos 1er Éxito, pero el punto Tu Boleta no estaba funcionando. Grandioso.

Fuimos al 2do Éxito, había como diez personas. El sistema estaba molestando. Nos aconsejaban ir a un 3er Éxito, pero no teníamos la plata para tal cosa. Casi 40 minutos después, el sistema empezó a funcionar. ¡Aleluya! Llegó nuestro turno, nos dieron una boleta con la que después reclamaríamos las entradas al concierto. Tres días después, el 15 de Julio del 2013, mi hermano me estaba haciendo el favor de ir por nuestras entradas, regresó en la noche y las vi. Qué perfección. No lo podía creer, tenía en mis manos la entrada para el concierto de Bieber. Susan vino el día siguiente e hicimos una mini sesión de fotos con las boletas en nuestras manos. Siempre quise hacer eso.


¿Y la alimentación, pasaje y hospedaje?



Tengo una tía de Barranquilla que trabaja de doctora, ha viajado antes a Bogotá y tiene muchos amigos allá. Dijo que podíamos quedarnos en la casa de una Señora amiga de ella, supuse que sería una buena casa, aunque aún no me sentía totalmente cómoda y convencida con la idea. Pero finalmente nos quedaríamos allá.

Mi tía entro en acción otra vez y encontró pasajes desde Barranquilla a doscientos sesenta mil pesos. Nada baratos. Los compró, y me reenvió el correo de confirmación de compra. Ver los detalles del viaje, me parecía increíble, no me podía creer nada. ¡Iba a viajar en avión por primera vez!

No habíamos visitado Bogotá antes, pero de algo estábamos seguras: todo era caro. Así que para los tres días que íbamos a estar allá, nos dieron ciento cincuenta mil pesos a cada una, la comida era por nuestra cuenta.

El día de partida y llegada


Me levanté sonriendo, la noche anterior dejé todo preparado, no podía dejar de pensar en que me iba de viaje a Bogotá para el concierto de Justin Bieber. Era temprano, tenía mi maleta, el dinero y fuimos a tomar el bus para Barranquilla. Cuando llegamos, tomamos un taxi que nos llevó a la casa de mi tía Isabel, teníamos hambre, estábamos nerviosas de poder perder el vuelo o algo así. 

Mi tía nos dio indicaciones exactas acerca de todo; nos dijo que nos íbamos a quedar donde la hija de la señora, que tiene un apartamento para ella sola. Mucho mejor. Estaba todo en una hoja. Además de eso, nos dio comida. Gracias al cielo. Recuerdo que mi mejor amiga me miró, sonrió y me dijo “me siento bendecida”.

Con el estómago lleno, volvimos al taxi, y junto con mi tía Isa fuimos al aeropuerto. Yo iba por todo el camino como que no lo puedo creer, no lo puedo creer, no lo puedo creer. Al llegar, mi tía nos ayudó a hacer el Check In y se sentó con nosotras en la sala a esperar que anunciaran el vuelo. Vuelo 8521.

En Bogotá


El viaje no duró mucho. Llegamos al aeropuerto de Bogotá y sentimos el frío en seguida. Esperamos no por mucho tiempo al señor taxista. Empezó el recorrido hasta el edificio donde nos íbamos a quedar. Pasamos por el hotel donde se estaba quedando Justin y había demasiadas niñas afuera gritando su nombre. Así que después dejar las maletas en el apartamento, el chofer nos dejó afuera del hotel, Marriot. Saltamos, gritamos y cantamos. Empezó a llover, y tuvimos que irnos de vuelta al apartamento. Llegamos más que felices. Dormimos muy bien en una cama doble, en un cuarto solo para nosotras.

Al día siguiente, fuimos al CC Andino a almorzar, y después nos arreglamos para ir al estadio. Llegamos y había enormes filas por todos lados. Después de que empezara a llover y escampar un poco, pudimos ubicarnos y hacer la fila. Duramos mucho para entrar, pero al fin lo hicimos. Nos colocamos en nuestros asientos, y a esperar se dijo.

En el concierto

En este lapso de tiempo, nos cambiamos de asientos por unos más cerca, nadie nos dijo nada. Fredo salió y lanzó dos camisetas de Colombia con el número 10 que decían “Bieber”, fue un momento emocionante porque estaba muy cerca.

La cuenta regresiva salió a eso de las 7:50pm, Justin salió a eso de las 8:00pm, nos queríamos morir, no podíamos creer absolutamente nada de lo que estaba pasando, aun teniéndolo frente a nosotras. Cuando lo vimos caminar en el escenario, las luces lo alumbraban y su vestimenta de blanco brillaba como si él fuera un ángel, yo no paraba de gritar y sonreír. Cuando él gritó “Let’s go” y empezó la pista de All Around The world, me di cuenta que nuestro sueño estaba empezando a cumplirse.





Vi y escuché cómo el Campín entero cantaba junto conmigo todas las canciones, cuando mientras sonaba la canción Believe en su piano, alzamos nuestros cartelitos de “This Is Just The Beggining”, cuando él mismo dijo la frase y todas gritamos tan fuerte que podía sentir cómo me volvía sorda y muda a la vez, cuando le pasó el micrófono a una niña, y ella lo único que pudo decir fue “I love you, Justin, I love you”, cuando tomó la bandera al revés, cuando cantó y tocó Be Alright y Fall. Y cuando finalmente llegó el momento de que cantara OLLG, ¡Dios! fue indescriptible, y casi muero cuando al preguntarle el nombre a la chica, ella respondió "Paula", fue hermoso escuchar mi nombre de sus labios.

También recuerdo cuando bailó As Long As You Love Me sin camisa y el momento donde dicen “If I say Justin, you say Bieber: Justin. ¡BIEBER! Justin. ¡BIEBER! If I say One, you say Time: One. ¡TIME! One ¡TIME! Aye, aye, aye…”, y después de eso cantó una parte de Eeniee Meenie y luego una parte de Somebody to love, fue hermoso verlo bailar las coreografías de siempre. Había soñado mucho con ese instante. Todo fue perfecto y nosotras estábamos en trance, sin poder asimilar nada, ni llorar.


El final


Nunca imaginé cómo serían esos momentos porque mi cabeza no daba para tanto. De todos modos, no creo que cualquier cosa que yo alcanzara a imaginar se pareciera en absoluto a en lo que en realidad era, para nada. No sé en qué momento pasó el tiempo, solo me di cuenta que el concierto había acabado cuando él empezó a cantar Baby, fue como ¿ya terminó? Cantamos la última canción a todo pulmón, fue como: "And I was like baby, baby, baby ohhhhhh". 


Nunca tendremos suficiente de él, su sonrisa, sus ojos, sus tonterías, su voz o sus canciones.

Regresamos al día siguiente cerca del mediodía. En el avión de regreso a Barranquilla era todo silencio, se me pasaba una y otra vez cada momento, cada frase, cada palabra, cada grito, cada suspiro, cada sonrisa. Y en el bus de regreso a casa, caí en cuenta de que todo se había terminado y lloré todo lo que no lloré antes. Se llamaba "depresión post-concierto".

Hoy


Hoy, 29 de Octubre del 2014, tengo 18 años, y estoy en cuarto semestre de la Universidad. Ha pasado exactamente un año desde que todo sucedió, 365 días desde que el mejor día de mi vida pasó, y aún lo recuerdo como si hubiese sido hace algunas semanas. A esta hora, seguramente estaba saltando y bailando de la felicidad junto a mi mejor amiga en el estadio. Probablemente si tuviera la facilidad de poder ir a todos y cada uno de sus conciertos, lo haría sin dudar, porque ciertamente fue una de las mejores experiencias de corta mi existencia. Sé que aunque vaya a muchos de sus conciertos, yo bailaré, cantaré, gritaré, lloraré y me sentiré como si fuera la primera vez.

lunes, 14 de abril de 2014

Un recuerdo inolvidable

Siempre he querido saber qué se siente en el instante que ves a tus ídolos cara a cara sin ninguna pantalla de por medio; finalmente lo sabré. Gracias al dinero que ahorré trabajando en estas vacaciones de verano, los podré ver mañana en la presentación que van a hacer aquí en la ciudad en la que vivo, Verona, Italia. Hablo de One Direction, sí, esos cinco hermosos y talentosos chicos, cada uno con una belleza extremadamente diferente pero igual de admirable; esa banda que ha hecho que mi vida no sea tan miserable.


–¿Bueno? –Dije al teléfono.

¿Leah? –Escuché una voz grave pero amable a la vez, sin duda, mi jefe.

Dígame Señor, ¿qué se le ofrece?

Le, necesito que canceles todo lo que tengas para mañana, te quiero aquí temprano. Sin falta. Es una orden –Respondió.

Él cortó la llamada antes de que yo pudiera decirle algo. La sensación fue como la de un martillo golpeando mi corazón, así de dolorosa. Casi seis meses aguantándome a toda clase de gente para poder ir al concierto de mis chicos para que al final el Señor Ferrer arruinara todo en un segundo. Es mi culpa, debí avisarle que mañana estaría ocupada, no puedo fallarle. Ser guía turística no es tan malo si sabes tener paciencia.

Traté de devolverle la llamada, pero justo cuando me contestó, mi móvil se quedó sin batería. Qué suerte la mía. Arrojé el celular al suelo y me puse a llorar de impotencia mientras abrazaba mi almohada con fuerza. 

¿Lista? –Me preguntaba mi jefe a la mañana siguiente.

Sí, si –le respondí–, ¿cuántas personas son? Necesito estar libre en la tarde.

De hecho Le… son chicos. Cinco chicos.

-¿Qué? ¿Chicos? Imposible. ¿Está seguro, cinco?

Lo que escuché a continuación  fueron sólo risas, las reconocí, eran de ellos, se quedaron mudos al verme igual que yo, el único que habló fue el Sr. Ferrer:

–Ella es su guía turística chicos, ella les va a mostrar toda Verona, mientras van en el segundo piso de un bus.

–Mucho gusto –se acercó Liam–, soy Liam Payne –y besó mi mano. No lo puedo creer, sus labios hicieron contacto con mi piel. No lo puedo creer. No dije nada. Estaba en trance.

–Y yo soy Louis, Louis Tomlinson, un placer.

Y así todos se fueron presentando, sin saber que yo conocía más de ellos de lo que pudieran creer. Subimos al bus turístico. Me pidieron tomarles una foto con una de esas cámaras instantáneas.

–¿Y tú? –Preguntó Harry– ¿no quieres una foto con nosotros?

-¿Y-yo? – ¡Pero que pregunta! Ha sido mi sueño por más de un año- S-sí. –Respondí.

–¿Cómo te llamas?

–Leah, Leah García. –Sonreí al igual que él.

Me tomó de la mano y me puso junto a él mientras estiraba su brazo para poder capturar el momento, no podría estar más feliz, estaba tomándome una foto con ellos, con mis ídolos. Joder.

–Tengo hambre –habló Niall acariciando su estómago–, ¿dónde podemos comer algo?

Luego de ir a un puesto de pizzas, comer y reír mientras hablábamos de nuestras películas de terror favoritas, tomamos el bus de vuelta al hotel.

–¿Estarás ocupada esta noche? –Me preguntó Zayn.

¿Por qué? ¿Acaso me invitarás toda la noche a estar contigo en tu hotel, en tu cuarto, en tu cama?

–Sí, digo no –suspiré. Aún estaba nerviosa–. Tengo planeado ir a su concierto de hoy.

–¿En serio? ¿Eres una Fan? –Siguió Niall.

-No, no, no. No soy fan –respondí–. Soy Directioner y sí, trabajé estas vacaciones para poder comprar la entrada, los admiro  y los amo demasiado chicos. Son mis ídolos, mi inspiración, son mi todo. ¿Ven esta sonrisa? –Señalé mi cara–, es por ustedes.

Harry, Liam, Louis, Niall y Zayn… todos, sin excepción, son excesivamente tiernos. Después de que supieran que yo era Directioner se emocionaron tanto hasta el punto de haberme ofrecido ir a su concierto gratis, yo les agradecí hasta cansarme la oferta, pero no la acepté, no es justo que yo vaya gratis mientras que otras chicas no.

–Gracias por todo –me despedía–, hicieron de este, el mejor día de mi vida.

–Gracias a ti Leah –respondió Liam–. Sin ti, este día no hubiese sido especial. –Sonrojé.

Cada uno me dio un beso en la mejilla antes de despedirse. Sentía mi mejilla arder con cada tacto. Sin duda alguna, lo que cualquier chica desearía. Me dí vuelta para marcharme pero…

¡Espera! –Me gritó Harry–, guarda esto. –Sacó de su bolsillo la foto que nos habíamos tomado hace un rato–, para que tengas un recuerdo de este día. –Sonrió y volvió a irse. Sus hoyuelos eran la cosa más perfecta que había visto en mi vida, hacían juego con sus verdes ojos y pelo rizado.

Le dí las gracias mentalmente y volví a mi casa casi bailando de la felicidad, era increíble todo lo que había pasado hoy, todavía siento todos sus labios sobre mi mejilla. Me tiré en la cama con una sonrisa más grande de la que creí que tenía y contemplé la foto que era evidencia de mi alegría y noté que ellos le habían escrito algo en la parte de atrás, así que leí en voz alta: “Para que recuerdes este día especial. De One Direction para la más grande fan del mundo. Te queremos Leah”. Y creí morir en vida cuando vi las cinco firmas ubicadas a la perfección en la esquina de la foto, la besé una y otra vez, luego empecé a arreglarme para ir al concierto a verlos una vez más y a escuchar sus celestiales voces.

domingo, 5 de mayo de 2013

Era verano

Era verano. Yo me encontraba en la playa tomando un poco de sol. Estaba completamente sola y aburrida, mirando a todos pasar frente a mí. No sucedía nada interesante, nada de nada. Incluso pensé en irme, pero éstas, eran mis vacaciones, tenía que disfrutarlas, de una u otra manera.

Escuchaba música con mis audífonos mientras ignoraba todo a mí alrededor. Abrí los ojos para acomodarme, pero vi a un chico tratando de nadar hacia la orilla sin éxito; se estaba ahogando, y nadie lo había notado, excepto yo. Todos estaban muy ocupados con sus familias como para darse cuenta. Me levanté de un salto de mi asiento y corrí hacia el salvavidas distraído a avisarle, él fue de inmediato a socorrerlo mientras yo lo veía desesperada. Al llegar, el muchacho me dio las gracias con una gran sonrisa en su rostro. Me preguntó el nombre:

-April, April Brooks.

-Lindo nombre April.


Se quedó conmigo, incluso empezamos a hablar y me hizo compañía. Me mencionó que venía todos los fines de semana a disfrutar de la playa, pero que no sabía nadar. Y hoy decidió intentarlo una vez más, pero a su pierna le dio un calambre y se asustó mucho, pero que gracias a mí no había pasado nada grave. 

–Me salvaste la vida.

–No, ya te dije que no fue así. Sólo hice lo que debí hacer, nada más.

–Bueno, yo también: agradecerte. Lo de seguir aquí, acompañándote, es de mi parte.

–Gracias. –Dije riendo.


Continuó diciéndome que nunca me había visto por acá, que le hubiese encantado verme antes. Nathaniel realmente era un chico encantador, por cierto, así se llama, y creo que así se escribe. Nunca había escuchado ese nombre, me encanta, igual que él. 

Seguimos hablando sobre su día y el mío. Ambos coincidimos en que se estaba tornando aburrido hasta que nos cruzamos. Y esto no lo puedo creer: también escucha las canciones que yo escucho. Sólo conocía a un par de personas que les gustaba esa clase de música. Ahora a él, me parece asombroso. Siempre me sentí extraña por no escuchar las mismas canciones que todos los jóvenes, pero Nathaniel me hizo sentir cómoda conmigo misma. A veces yo escuchaba la música que mis compañeras escuchaban, pero no lograba gustarme, en absoluto. Ellas dicen que el ritmo es más importante que la letra, yo no lo creo así. Y lo mejor de todo es que él está de acuerdo conmigo. 

Coincidimos en muchas cosas y discrepamos en otras tantas. Debimos conocernos antes. Creo que hubiésemos sido los mejores amigos o algo más. Pero ese pensamiento desvaneció de mi mente cuando me mencionó que tenía novia y que para colmo de males, estaban pesando en vivir juntos. ¿Dónde carajo voy a encontrar a alguien como él? ¿dónde? Insisto, debimos conocernos antes.

Estas personas que aparecen, sacuden tu mundo y se van, son escasas, pero existen. Gracias Nathaniel. Si lees esto y aún no es tarde, búscame. Creo que me he enamorado de ti.


Con amor, April.

sábado, 16 de marzo de 2013

¿Fresa o vainilla? #2

Lo llamé, él me reconoció. Yo le ofrecí las galletas de vainilla. Un dolor severo de estómago me parecía una partecita perfecta del castigo que merecía. Se sorprendió un poco, pero las aceptó y se alejó. Yo toqué el timbre de la que era mi casa y me abrió mamá súper emocionada. Saludé a Cris, a lo que ella me dijo que tenía algo importante que decirme pero me habían dado unas ganas terribles de comer galletas sabor vainilla que le dije que volvía en 5 minutos de la tienda, tenía que comprarlas.

Cuando estaba en esa tienda, me reencontré con una vieja amiga y duramos hablando una hora, hasta me invitó a su casa, fui pensando durar menos tiempo, pero duramos otra hora más. Era increíble que hace 5 años no cruzara palabras con ella y ahora estuviésemos hablando como si nada.

Cuando llegué a casa me atendió la mucama y me dijo que mamá y Cristy estaban en el hospital, me asusté un universo y fui también.

Las encontré en la sala de espera con otra señora. Cris lloraba. Le pregunté qué estaba pasando y me dijo que su novio estaba aquí. Me sorprendió demasiado, entonces ella continuó diciéndome que no había podido decirme que el chico que le hacía Bullying hace años, había cambiado muchísimo y le había pedido perdón, que la trataba así porque no sabía cómo llamar su atención ya que ella le gustaba mucho. Y después de conquistarla le pidió ser su novia y ella había aceptado. Me dijo que él estaba aquí por intoxicación, por que comió algo que no le hizo bien. Trevor era novio de mi hermana y él estaba aquí por mí, por mi culpa. Me sentí la peor persona del mundo, a veces el mal que les haces a otras personas, se te devuelve. Le pediré perdón a Cris y a su novio. Deséame suerte... ¿quieres?


Claire Mason, 20 años.

Fin.

lunes, 11 de marzo de 2013

¿Fresa o vainilla? #1


Indecisa de qué comprarle a mi hermana menor, Cristy, caminaba por la acera de varios almacenes de ropa. Hace cinco años que no la veía, pues yo me mudé con papá cuando ella sólo tenía diez años, no tenía idea de si sus gustos habían cambiado o no, no sabía qué talla era ni qué colores le gustaban. Era tarde, había llegado a la ciudad hace dos horas y aún no compraba nada para obsequiarle por su cumpleaños número quince ¿qué compro? ¡DIOS! De un golpe se me vino a la mente que desde que éramos pequeñas ella siempre amó el sabor a fresas y estoy segura que aún lo ama. Así que decidí comprarle unas galletas de ese sabor, mientras hablamos y nos conocemos de nuevo, de esa manera podré comprarle un mejor regalo.

En la tienda de dulces habían de dos sabores: fresa y vainilla. Compré las dos. Yo amo la vainilla, pero cuando iba por la esquina de la casa de mi mamá, vi la fecha de vencimiento expirada, sólo de las galletas de vainilla, me iba a devolver a cambiarla pero vi a Trevor, el muchachito que le hacía Bullying a Cristy cuando me marché, me quemó la sangre en las venas al recordar como la hacía llorar y de lo impotente que yo me sentía por no poder hacer nada. Antes de irme le juré a mi hermana que me vengaría de él, pero era solo una chica con rabia, no podía hacer tal cosa, como tampoco puedo ahora, seguro seguía siendo el mismo tonto e inmaduro de siempre.


Continuará...

sábado, 2 de febrero de 2013

El secreto de su mirada #3

No entendí mucho. Su mamá notó mi expresión y con un gesto me pidió la tarjeta, yo se la dí. Después de leerla suspiró y dijo:


-Mi hijo Jake, no puede hablar desde los 15 años, desde entonces no se le acerca a una chica, por que esto lo avergüenza mucho.

Mis ojos se llenaron de lágrimas de inmediato. Fui corriendo hasta su casa y toqué la puerta desesperada pero no me abría nadie, así que me dirigí a su ventana y sin pensarlo mucho, entré a través de ella  y lo vi. Estaba vestido, pero sentado mirando a la nada. Creo que lo asusté un poco por cómo me miraba pero no me importó, tomé una hoja, una pluma y le escribí:


“No importa que no puedas hablarme, si tienes tus ojos para mirarme. Te amo Jake”

Él me abrazó fuerte, nos separamos un momento y me encontré con varias de esas hojas que decían “Te amo Sophie” sentí amarlo más, yo era la primera chica que descubría el secreto de su mirada y eso me emocionaba mucho. Lo acerqué a mí haciendo inexistente nuestra distancia y lo besé dulcemente, sentía nuestros labios encajar con la ternura perfecta. Lo nuestro no necesitaba de palabras. Yo estaba incondicional e indudablemente enamorada de Jake.




Fin.

viernes, 11 de enero de 2013

El secreto de su mirada #2



Al día siguiente fue igual, él había despertado en mí una especie de sentimiento extraño, no creo que sea… “amor”, ni siquiera sé su nombre ¿Es posible que me haya enamorado sólo de su mirada y su sonrisa? Difícil, pero no imposible. Quizás, así pasó.

Hoy, día de mi cumpleaños, mi mamá me dijo que había invitado a cenar a los nuevos vecinos, los del frente,  lo acepto, me alegré demasiado con la noticia. Esperé ansiosa todo el día. Pero fue en vano, porque a la hora de la cena llegó sólo su mamá…

-Mi hijo no pudo venir ~Me dijo~ pero te mandó esto. 

Alzó en su mano una rosa roja y una cajita de regalo, la abrí y saqué de allí el más hermoso collar de perlas del mundo, era precioso, fui corriendo hasta el espejo y lo abroché alrededor de mi cuello, me veía espectacular, lo amé desde el primer instante. Busqué algo más en la cajita y ahí mismo había  una tarjeta que decía: “Es tan lamentable no poder decirte lo hermosa que eres, pero te lo puedo escribir: Sophie, eres realmente hermosa. ¡Feliz Cumpleaños! Jake.”